martes, 25 de octubre de 2011

Dirección y sentido del voto

Llevo tiempo pensando en este post, en cómo plantearlo y en cómo escribirlo. Y aunque el tema parece muy sencillo tiene más miga de lo que parece. Les cuento.
Por un lado está mi empeño en que tanto los medios de comunicación como las personas, empresas, asociaciones, etc. tienen derecho a poder apoyar al partido político o candidato que quieran sin tener que ser cuestionados por ello. Un ejemplo. La Iglesia Católica  apoya el voto al PP. Rápidamente todos se tiran encima a decir que porqué tiene la Iglesia que tomar partido por alguien. Pues por lo mismo que usted o yo; porque tenemos interés en que ganen unos sobre otros y libertad de decirlo. Ya me resultaría extraño ver a la Iglesia apoyando a Izquierda Unida y PSOE y sus abortos, bodas gays, etc. Por lo tanto ¿de qué se sorprenden? Y los actores de la ceja ¿porqué no iban a apoyar a ZP? Les vino Dios a ver y se lo han llevado bastante crudo. Es lógico que le apoyaran. Pues por la misma razón creo que la transparencia y el decir a quién vas a votar es más bueno que malo y evita muchos malos entendidos. Me encantaría ver a El Mundo pidiendo el voto para Rajoy y a Público pidiendo el voto para el PSOE. Basta de posiciones falsamente equidistantes. Sólo en caso de de medios públicos se debería mantener la neutralidad.

Y no he dicho a quién voy a votar. Bueno, todo a su tiempo. El otro punto de vista que me ha ayudado a tomar mi decisión es vencer el miedo. En España últimamente nos movemos por miedo y votamos con miedo. En 2004 con miedo al terrorismo islámico, en 2008 con miedo a que la crisis fuese cierta, en 2011 con miedo a la crisis no termine pronto. Tenemos miedo de que el PSOE vuelva a ganar, de que gane el PP por mayoría absoluta, miedo a que los vascos o los catalanes la líen parda… Muchos miedos. Y todos convergen en que pase lo que pase no puede repetir el PSOE en el gobierno. Ya les conocemos y sabemos que no saben cómo sacarnos del lío en el que nos han metido. Y por lo tanto hay que votar al PP con el famoso voto útil.
Yo me planteo. ¿Y si gana el PP con mayoría absoluta y todo sigue más o menos igual? ¿Y si cambian caras, concejales y ministros, pero las maneras, los impuestos, la forma de vida y del Estado y los problemas de hoy no cambian? ¿Y si el derroche de las CCAA sigue existiendo? ¿Y si el Sistema sigue hacia una política bipartidista de bloques en la que el miedo de unos contra otros es el cemento que le sustenta?
Y aquí es donde hablo de programas. Apenas veo diferencias entre las generalidades del PSOE y las del PP. Puedo intuir algunas ideas en ambos pero no están claramente expresadas para que cuando ganen los unos o los otros puedan hacer casi cualquier cosa porque su programa está hueco y todo cabe en él.

Ahora sí. Señoras y Señores. He decidido votar a UPyD. Sus propuestas tienen algo que en general me gusta; son distintas. Y propugnan claramente algunas cosas que a mí me importan mucho. Recuperación de competencias por parte del Estado como la educación, cambio de la Ley Electoral, cambios en la representatividad del Parlamento, separación efectiva de poderes… Yo quiero un cambio y estoy dispuesto a arriesgarme. Puede que UPyD resulte un desastre de partido, puede que Rosa Díez sea una autoritaria, puede que me equivoque o puede que acierte. Y quiero un cambio, quiero que se hable de temas como el cheque escolar, quiero que aborde el tema del centralismo en España, el cambio en la elección de alcaldes. Y puede que los cargos electos de UPyD sean tan tontos o tan listos como los de los demás partidos, pero al menos cantan una canción diferente. Y con eso me conformaré los siguientes cuatro años.

viernes, 14 de octubre de 2011

¿Libertad? ¡Qué miedo!

Venía escuchando una tertulia en la que se hablaba de la decisión de Esperanza Aguirre de liberalizar los horarios comerciales en la Comunidad de Madrid. Tres personas (de tendencia derecha- liberal) opinaban que era una buena medida, que podría servir para crear empleo y prestar un servicio a la sociedad. Dos personas (de tendencia izquierdista) opinaban que la libertad de horarios acabaría con la clase media, con el comercio tradicional y a la corta abriría la brecha entre pobres y ricos.
Acompañaba el programa las declaraciones de pequeños comerciantes, compradores, etc.A los consumidores les parecía muy bien y los comerciantes que sacaban se quejaban de que no volverían a ver a sus familias, como si a las minas de sal les enviaran.
Permítanme hablar como antiguo comerciante y como consumidor. Hace años la Sra. Kutusova y yo pusimos una tienda en un centro comecial de la Comunidad de Madrid. El horario era de Lunes a Sábado de 10:00 a 21:00 y unos 16 Domingos de apertura. Una de las primers cosas que notamos es que los Domingos de apertura no se vendía nada. Se vendía el Sábado y los demás días por la tarde. Las mañanas antes de las 12:00 apenas había clientes. Si hubiésemos tenido opción habríamos abierto una hora más tarde y cerrado media más tarde, los Domingos de Diciembre habríamos abierto porque se hacía negocio y algunos días habríamos abierto hasta las doce como antes de Reyes. Pero era obligatorio cumplir el horario. Con la nueva ley yo no hubiese creado ningún puesto adicional de trabajo ni habría abierto 24 horas sino que habría adaptado mi horario a los de mis clientes. Como consumidor prefiero tener más opciones a tener menos y seguiré comprando algunas cosas en las grandes superficies y otras en el pequeño comercio.
Volviendo al programa de radio que les mencionaba, dijeron una frase clave para mí. “Los comerciantes tienen la libertad de abrir cuando quieran pero no la obligación”. Me temo que los comerciantes rancios a los que entrevistaban  no tenían claro la no obligatoriedad de la ley y estaban en la posición de las viejas del pueblo cuando les decían que llegaría el tren hasta allí “Por donde entra lo bueno, entra lo malo. Nos quedamos como estamos”.
Y como suele ocurrir, los socialistas y comunistas se toman cualquier medida de libertad como un ataque y responden repartiendo miedo. Miedo a lo nuevo, miedo a que desaparezca la clase media, miedo a que vivamos peor, miedo sin explicaciones. Si se fijan en la paradoja, son argumentos tremendamente retrógrados y no progresistas.
El liberalismo económico en el que yo creo pone a las cosas en su sitio en muy poco tiempo. No abrirán una librería 24 horas a no ser que tenga clientes. Las tiendas ajustarán sus horarios para mejorar su productividad y sus precios y por tanto será una ventaja para los vendedores y consumidores. Y lo harán en función de sus conocimientos del negocio y no en función de lo que le diga un funcionario que no sabe nada del mismo. Unos comercios se hundirán, otros prosperarán y otros surgirán, es decir, como siempre, pero de manera más eficiente.
No tengan miedo, señores comerciantes. La libertad es buena porque las restricciones son malas. Tendrán que tomar decisiones y tendrán que asumir las consecuencias de las mismas como la gente adulta. En eso consiste la libertad; en tener la posibilidad de equivocarse.



domingo, 9 de octubre de 2011

El Sistema (4) La justicia no es para pobres

Sólo con el título de este post sería suficiente y la mayoría estará de acuerdo con él pero para el lector asíduo de este blog sería un timo y un engaño. Así que desarrolloemos la idea.
Supongo que muchos de ustedes, gente decente, de orden y de cosas buenas en general no sabrán que a día de hoy si necesitaran un abogado de oficio en Madrid, posiblemente no dispusieran de él porque aunque según la Constitución tienen derecho a ello, al leer la letra pequeña la cosa cambia mucho. Suponiendo que sea usted pobre de solemnidad es posible que tampoco lo tenga porque al no pagar la Comunidad de Madrid a los abogados de oficio, estos ya no prestan asistencia letrada al detenido. ¡Ups! ¡Un servicio menos! No hay problema. Se deja al chorizo en la calle y ya está, que para eso tenemos un sistema garantista.
Pero vamos a suponer que no roban (todavía) un bolso sino que tienen un problema algo más común como que una compañía de teléfonos le cobra 400€ por su cara bonita, o la eléctrica de turno le sube la tarifa 500€ por un oscuro cambio legislativo. El procedimiento suele ser el siguiente: Se llama a la compañía donde te atiende algún tipo de ser poco formado (por ser amable) y pierdes una hora de tu tiempo. Con esto tragan la mitad aproximadamente de los estafados. El resto acude a la OCU o similar o a un amigo o familiar que trabaja en la compañía en cuestión. El resultado suele ser el mismo. No se puede hacer nada, habría que ir a un juicio, te va a salir más caro el collar que el perro, tanto tiempo por 100 pavos… y digamos que el 2% sigue adelante y se embarca en la fascinante aventura de un juicio. No les quiero engañar. Ese 2% o bien son abogados, o bien les sale gratis los abogados o bien tienen mucho tiempo libre (y son abogados).
Pero una vez en litigios los derechos de los pequeños suelen ser pisoteados por los grandes y las grandes compañías cuando los importes pasan de ser pipas. Como me dijo un prestigioso abogado hace poco. ¿Con quién te crees que van a comer los jueces del Supremo o de la Audiencia? ¿Con quién se relacionan los jueces? Con empresarios, altos ejecutivos y políticos. Si usted cobra una nómina de menos de 300.000€ le informo de que juega en ligas inferiores, querido amigo.
La inseguridad jurídica flota a nuestro alrededor. Las administraciones públicas y las grandes corporaciones pueden hacer lo que quieran y el resto tenemos que tragar. El Sistema está endemoniadamente bien pensado para ello. Aunque la única forma que hay de defenderse es hacerlo público y notorio e ir a juicios. El mismo prestigioso abogado me contó algo que muchos no sabemos. Casi todos los seguros de hogar (obligatorios para los hipotecados) tienen una cobertura de asistencia jurídica que cubre hasta 3.000€. Eso significa que si te metes en juicios con abogados a los que pagar  te cubren hasta esa cantidad. Lo he comprobado así que ténganlo en cuenta. Yo lo pienso hacer.
Recuerden, "La justicia es una tela de araña que atrapa a la mosca pero deja pasar al pájaro"