miércoles, 5 de diciembre de 2012

Yo no la voté


Siempre que se habla de cambiar la Constitución  sale algún sesudo analista, periodista o político diciendo que “Los españoles nos dimos esta Constitución democráticamente…”. Veamos.
La Constitución se votó en referéndum el 6 de Diciembre de 1978, o sea, hace 36 años. Eso quiere decir que nadie menor de 54 años a día de hoy pudo votar esa Constitución. Si consideramos una esperanza de vida de 80 años (que ya es decir), según el INE en 1978 había 14.419.694 españoles que a día de hoy podrían seguir con vida y que tenían más de 18 años. Votó el 67’11% del censo, que trasladado a nuestras cifras serían 9.677.056 habitantes. Y los que votaron a favor fueron el 88,54% o sea 8.568.065 votantes.
Es decir, que estadísticamente como mucho 8 millones y medio de habitantes son los que pueden decir que “se han dado una Constitución”. Menos que los votantes de cada uno de los dos partidos mayoritarios. De 42 millones que somos, representan menos del 20% de la población.

En mi caso, que en 1978 tenía 10 años, no me he dado ninguna Constitución, ni he podido votar otra, ni me han consultado ninguna enmienda ni nada de nada. El sistema está hecho de tal manera que como diría Franco, todo queda “atado y bien atado”. Un cambio en los títulos orgánicos de la misma es tarea casi imposible que requiere de dos elecciones a Cortes, mayorías de tres quintos y un referéndum vinculante.
La Constitución se ha quedado obsoleta, es un coladero de corrupciones y el germen de la descomposición nacional. No es representativa como otras de manera que nuestra democracia se asemeja cada vez más a una suerte de democracia orgánica en la que la familia, municipio y sindicato han sido sustituidos por el partido, comunidad autónoma e hipoteca.

Como ejemplo de lo poco democrático de nuestro sistema y de la nula representatividad de nuestro voto, el presidente de la Comunidad de Madrid, la alcaldesa de Madrid y el alcalde de la localidad donde resido no han sido elegidos directamente ni han sido siquiera candidatos a sus puestos en las últimas elecciones sino que el partido les ha puesto ahí. Nadie les ha votado.

La Constitución “que nos hemos dado” no considera la opinión de la gente ni se plantea cambios, ha dejado morir la separación de poderes que en la actualidad es nula y tiene un Tribunal Constitucional de corte político que dobla y fuerza el espíritu de la Carta Magna al antojo del gobierno de turno.
En casi 40 años ¿de verdad creen que nadie se ha planteado cambiar monarquía por república, instaurar listas abiertas, cambiar competencias autonómicas, y mil cosas más? Sí, y cada vez más. Pero el dinosaurio de 1978 sigue reptando por España inmune a todo cambio.

En su momento tal vez hubiera votado la Constitución de 1978, pero hoy en día la desprecio por inútil y decadente. Ya no sirve a su país, ya no están los que la elaboraron ni los que la votaron, ya pasó su tiempo. La decadencia física del Rey va de la mano a la decadencia de la Constitución y el sistema político que tenemos. Vivimos en un franquismo posmoderno disfrazado de democracia que realmente es un teatrillo que hacemos cada pocos años para seguir igual.
Yo no voté esta Constitución y quiero otra muy diferente.


domingo, 25 de noviembre de 2012

Mezquindades


Tenemos que hacernos a la idea o hacer las maletas. Vivimos en un país lleno de mezquinos, pobres gentes,  envidiosos y malas personas. Todos los días me tengo que tragar alguna declaración miserable hecha por tipejos que me ponen enfermo. Les voy a contar los últimos ejemplos que me llevan a escribir este post.

El primero es la donación que realizó Amancio Ortega a Cáritas. Muchos se aprestaron a afearle la conducta probablemente porque la donación se la hizo a quien se la hizo. Otros dijeron que era muy poco (¡20 millones de euros!) porque representaba una fracción diminuta de su fortuna. La cuestión es que un acto bueno en sí mismo, se intenta desacreditar por unos mindundis que probablemente no han hecho un acto de caridad en toda su vida.

El segundo es el rastrillo de Nuevo Futuro que se hace todos los años en Madrid por estas épocas. Se trata de recaudar dinero para esta organización que para el que no lo sepa, se ocupa de mantener casas de acogida para los menores de los que la Administración Pública tiene la tutela. Digamos que sustituyen a los antiguos orfanatos. El tema es que como lo preside la Infanta Pilarde Borbón, y señoras de la alta sociedad van a ayudar a ese rastrillo, los chistes, críticas a “las marquesas” y demás lindezas empiezan a correr por foros y redes sociales.

Lo cierto es que en estos dos casos hay varios elementos comunes; En los dos se hace una buena acción para la sociedad, se mire por donde se mire. Y segundo, estas personas no tienen por qué hacer lo que hacen. Si siguieran en su anonimato, con sus riquezas y sus mansiones, no se haría una buena obra y nadie les criticaría por ello y pese a todo lo hacen.

Por último otro tipo de ruindad es la de no conformarse con nada. Te regalan una cosa y pones a parir al que te la da porque no es de tu talla, o porque hubieses querido algo mejor. No se considera la buena voluntad del que te da algo sino que se desprecia el gesto por no cubrir unas expectativas que el donado no tenía hasta que recibió el regalo.

Este complejo mecanismo de ruindad y mezquindad suele estar cebado por la envidia malsana y sobre todo por una idea muy católica de que yo merezco que me caiga el maná del cielo sin hacer nada para ello. El que tiene mucho nunca es porque se lo ha ganado honradamente y con su esfuerzo sino que la Fortuna le la sonreído a él y no a mí. ¿Por qué no yo? ¿Por qué él sí? ¡Yo lo merezco mucho más!

Así, toda buena obra realizada por cualquiera es vista con escepticismo, con suspicacia y se critica mezquinamente. La caridad y la generosidad se dejan de ver como algo bueno, y se sustituye por lo “solidario” que es como decir que te comprendo muy bien hermano, pero no pienso soltar un duro. Eso sí, me pongo un lazo verde para que veas lo implicado que estoy con tu necesidad. La actitud farisaica de que los otros hagan mientras yo critico y me aprovecho de ello.

Ustedes me perdonarán. Tenía que soltarlo.



miércoles, 10 de octubre de 2012

Va a montar una empresa…


El otro día coincidí con un el hermano de un amigo al que no veía desde hacía varios años. Sabía que había tenido problemas en su empresa pero nada como sus propias palabras para apreciar el pensamiento de muchos emprendedores de este país que se descompone.

Este chico se puso a trabajar digamos hace 15 años en su empresa. Con su creatividad e imaginación logró ganar muy buenos clientes y contratos por lo que prosperó bastante. La empresa daba dinero y el trabajo entraba sin problemas. De esto me iba enterando por su hermano y por él con el que coincidí en casa del primero varias veces. Las cosas iban bien.

Contrató hasta una docena de personas entre los que se contaban incluso amigos suyos a los que acogió en su empresa. Y como el trabajo entraba y los ingresos también, todos eran felices.
Hasta que llegó el 2008 y la crisis que no existía según el papanatas que nos presidía por aquel entonces, empezó a hacer de las suyas. Los clientes empezaron a retirarse, a reducir contratos  y el dinero empezó a ser más escaso. Alguna empleada le salió “rana” y amparándose en las leyes de entonces se pasó cobrando y sin ir a trabajar año y medio. Finalmente obtuvo un despido con indemnización de unos 20.000€

Cuando la crisis se acentuó y los contratos disminuyeron hasta un punto inaguantable hubo que despedir personal. Cada persona que despedía y a la que había que pagar unos 18.000€ de indemnización hundía un poco más la empresa y obligaba a despedir más hasta que tuvo que cerrar. Toda la empresa y el patrimonio que había conseguido se deshicieron y desapareció en manos de otros y él se quedó sin nada. Como castigo por haber dado trabajo a doce personas durante años se quedó sin nada, incluso sin los amigos que había contratado.

Liquidó lo que pudo, y siguió trabajando desde su casa con su mujer. Está logrando rehacerse y ha recuperado algunos clientes. Sobrevivirá.
Me dijo que se sentía como en el punto de partida, empezando de cero pero con tres hijos que mantener y sin la fuerza que da tener veintitantos. Está pensando en volver a instalarse en una pequeña oficina él y su mujer pero al preguntarle si iba a volver a montar la empresa me dijo la frase clave que lo resume todo.

“Va a montar una empresa su puta madre”


sábado, 15 de septiembre de 2012

Romperse los cuernos


Según la RAE, coloquialmente significa “Esforzarse, trabajar mucho”.

A mi alrededor veo gente que se rompe los cuernos y gente que no lo hace. Romperse los cuernos no es calentar una silla ocho horas esperando que llegue el momento de marcharse. Romperse los cuernos es intentar comprimir el tiempo, realizar las tareas asignadas y poder empezar tareas nuevas. Es dar valor a tu trabajo de forma que sea reconocido y prosperes. Y si me van a decir que da igual que lo hagas bien o mal porque nunca se reconocen las cosas, les digo que eso es falso; puede tardar más o menos pero las cosas bien hechas siempre acaban teniendo recompensa.
Romperse los cuernos es estar en paro e invertir una cantidad relevante de dinero en hacer un curso que te abra otras posibilidades. Romperse los cuernos es apuntarse a un curso nocturno después del trabajo para seguir tu formación y romperse lo cuernos es ser el cónyuge B del estudiante anterior, que se ocupa de la casa y de los niños después de trabajar para que el cónyuge A pueda estudiar y prosperar.

Romperse los cuernos no es ver pasar el tiempo quejándose de todo. Romperse los cuernos es afrontar cada problema con una solución por incómoda que sea. Sacrificar diversiones y comodidades para mejorar tu nivel de vida o incluso sobrevivir. Aunque se dice que los héroes son valientes porque no tenían otra opción, hay que tener fuerza de voluntad para romperse los cuernos. Es un no parar de pequeñas batallas contra tus ganas de sentarte y descansar.

Romperse los cuernos no es ser profesor funcionario y hacer una huelga pidiendo más salario y dejando la educación hecha unos zorros, ni animar a los alumnos de secundaria con sus cerebritos a medio formar que hagan huelga en defensa de una supuesta calidad de la enseñanza que jamás tendrán precisamente por hacer huelga. Romperse los cuernos es ahorrar cada euro que puedas, sacrificar vacaciones o reformas de la casa para que tus hijos puedan ir a un colegio que les enseñe algo. Romperse los cuernos no es salir del instituto a pasear con tus amigos, jugar con la PS3 o ver la televisión. Romperse los cuernos es estudiar durante horas, ampliar programas y contenidos, aprender y perfeccionar idiomas e interesarse por las cosas.

Mi familia y mis amigos y sus familias se están dejando los cuernos para capear esta crisis. Mi previsión sigue siendo que en dos años el tema mejorará y se verán los resultados y los frutos de estos esfuerzos. No hay resultados a corto plazo ni milagros. Como dijo Churchill, «No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor» El premio es la supervivencia y poder continuar con la búsqueda de la felicidad.

Romperse los cuernos no es divertido. Romperse los cuernos es hacer comprender a tus hijos que se tienen que romper los cuernos estudiando o trabajando si quieren prosperar en la vida. Romperse los cuernos es hacer cada esfuerzo posible por sacar adelante a tu familia y darle una oportunidad a tus hijos de que sobrevivan en el país de mierda en el que se está convirtiendo España o que se puedan ir a un sitio mejor, que los hay.

Ahora, vamos a seguir rompiéndonos los cuernos.


domingo, 2 de septiembre de 2012

El punto de ruptura


Me parece pertinente hablar de la subida del IVA que sufrimos desde ayer. ¿Desde ayer? Bueno, eso es mucho decir. En una bonita costumbre que tenemos en España de ser más listos que nadie, muchos comerciantes han aprovechado par subir precios en mes de Agosto y así “no aplicar la subida del IVA en Septiembre” aderezado con un redondeo al alza. (Qué incómodo debe resultar usar monedas de céntimo ¿eh?) Pero lo que me interesa analizar es el efecto de esta subida en el comportamiento del común de los mortales.

La primera reacción suele ser de molestia o cabreo, según las circunstancias personales. Pagar más por algo a sabiendas nos fastidia porque sabemos que alguien nos está robando, en este caso el Estado y puede que incluso el que nos cobra echándole la culpa al Gobierno.
La segunda reacción es de resignación ante la necesidad de adquirir ciertos artículos de demanda inelástica, o sea, que aunque suba su precio no disminuye igualmente su consumo. Tenemos que seguir comiendo o echando gasolina al coche. Respecto a los precios, la deflación y la demanda escribí este artículo el año pasado. Creo que viene al caso mencionarlo.
Y la tercera reacción es la interesante para el estudio que consiste en que se consume menos en términos macroeconómicos, y su desglose en términos microeconómicos. Si a usted le suben un 3% los precios ¿deja de consumir un 3%? Seguramente no y lo vamos a ver con un par de ejemplos que me han pasado a mí y seguro que a muchos de ustedes.
Ejemplo 1. Las entradas de cine. Pasan de costar en el cine de mi pueblo de 7,6€ a 8,75€, o sea casi un 14% más. Como cuando voy al cine lo hago con mi familia, pago cuatro entradas, es decir, casi 5€ más. Sintiéndolo mucho no voy a reducir un 14% mi consumo de cine sino que probablemente elijamos muy bien las películas que queremos ver y en vez de ir una vez al mes iré una vez cada dos meses. Mi consumo se ha reducido en un 50%.
Ejemplo 2. El vending de la oficina. Solía tomarme una media de tres cafés y una cocacola todos los días, además de una o dos botellas de agua. Todo ello de la máquina del vending. El precio total (subvencionado) venía a ser de unos 2€ En los últimos dos meses subieron los precios y desde ayer tiene otra subida por IVA que lo sitúa en 2,25€. Mis hábitos de consumo han cambiado a un café por la mañana y dos infusiones que me traigo de casa y una botella de agua que relleno de una fuente de agua fría. Consumo diario aproximado 0,7€. He reducido más del 60% mi consumo.

Aunque las cifras puedan parecer poca cosa es importante comprender la psicología del consumo. En mi caso particular lo llamo el “punto de ruptura psicológica”. Consiste en que uno puede aguantar subidas pequeñas de precios y acomodar su consumo sin afectar visiblemente a su calidad de vida, pero cuando el aumento es brusco o generalizado (o como en este caso del IVA las dos), las decisiones de consumo cambian su comportamiento acentuando su elasticidad, de forma que “rompen” el consumo bruscamente. El cambio es las costumbres de consumo son, por lo tanto intensas. Incluso puede que no se trate de una decisión tanto como una necesidad ya que la renta disponible tiene que emplearse en mayor proporción para pagar bienes de primera necesidad (inelásticos) que además tienen los precios intervenidos (como la energía).

¿Qué podemos esperar de todo esto? Evidentemente si unimos estos patrones esperados de consumo con la Curva de Laffer debemos esperar un aumento del fraude, una menor recaudación por IVA y un palo más en la rueda de la economía. Como defendía el propio Sr. Montoro y su partido, un aumento de impuestos genera paro, pobreza e ineficiencia en la asignación de recursos.

Ya sé que esto se hace por reducir el déficit público, pero la vía de los ingresos se agotó hace dos subidas, Sr. Montoro. Ahora hay que atacar el gasto y usted lo sabe mejor que nadie así que por favor, explíquele al Sr. Presidente en un par de tardes (¿se acuerdan?) el funcionamiento del asunto para que deje de cagarla de una vez.


sábado, 18 de agosto de 2012

Los monos y la palmera


En un laboratorio realizaron el siguiente experimento: En una gran jaula metieron cinco monos y una palmera. A los monos se les alimentaba escasamente, pero en la palmera había cocos y fruta. Cada vez que un mono subía a la palmera a por fruta, todos recibían una descarga eléctrica. Al cabo de varias descargas cada vez que un mono intentaba subir a la palmera, los otros cuatro se lo impedían y le daban una paliza. De esta forma, los monos dejaron de recibir descargas y de intentar subir a la palmera.

Posteriormente sustituyeron a uno de los monos, que en cuanto intentó subir a la palmera a por fruta recibió la paliza de rigor de sus compañeros. Igualmente si otro mono intentaba subir, aprendió que había que darle una paliza. Luego se cambió otro mono con idénticos resultados. Así se fueron cambiando los cinco monos originales con el resultado de que cada vez que un mono intentaba subir a la palmera los otros le daban una paliza, esta vez con la diferencia respecto al principio de que ningún mono sabía por qué ya que ninguno había recibido nunca una descarga.

En los trabajos oficiniles ocurre bastante y de hecho he contado esta historia muchas veces a empleados que cuando se les propone un cambio se cierran en banda aludiendo que nunca se ha hecho tal cosa o incluso cuando les preguntas porqué realizan así su tarea la respuesta es que o no lo saben o porque se lo enseñaron así.

Desde un punto de vista macroeconómico pasa algo parecido en España. Cada vez que alguien intenta hacer algo distinto, los monos le dan una paliza preventiva, aunque no saben en prevención de qué.

En los departamentos de investigación de muchas empresas y universidades quedan algunos monos viejos que no quieren cambios porque no les conviene y sus monos sustitutos han aprendido a mantener la situación sin cambios. Los monos nuevos, para poder subirse a la palmera tienen que irse a otro país.

Cuando vamos a votar cada cuatro años, en el fondo pensamos que mejor no vamos a innovar, aunque se ha demostrado la inutilidad de los que han gobernado desde los dos grandes partidos. Pero el miedo a la paliza vuelve a hacernos mirar hacia arriba y añorar la fruta nueva, pero sólo eso, añorar sin movernos. Votamos lo de siempre porque siempre ha sido así, o al menos así nos lo han contado.

Queridos monos, les sugiero que cambien, que innoven, que se junten para defenderse de los monos viejos y que hagan lo imposible por subir a la palmera. La fruta distinta es lo que necesitamos para salir de este estancamiento, y con un poco de suerte, al subir a la palmera puede que desde ahí arriba veamos la salida de la jaula.

viernes, 20 de julio de 2012

El precio del aire


Para que vean que nada es nuevo y todo está inventado, hace más de 20 años hablaba con mis padres sobre la crisis de entonces y las subidas de precios y lo mal que estaban las cosas. Fue entonces cuando me dijeron que si alguien pudiera poner un tubito a toda la gente para cobrarles por el aire que respiran sería el mejor negocio del mundo porque podría ponerse el precio que se quisiera, además de controlar el mundo. Al que se ponga chulo se le aprieta el tubito y cuando se empiece a poner morado se le pasa la tontería.
Siempre me causó mucha curiosidad y fascinación esa idea y cuando estudié economía pude clasificar el aire como un bien de demanda absolutamente rígida, es decir, no puedes dejar de consumirlo esté al precio que esté porque no hay un bien sustitutivo.

Si lo piensan da miedo ¿verdad? Un ente superior a ti que puede decidir el dinero que te va a quitar porque en caso contrario no podrás seguir con tu vida normal.
Pues mucho me temo que ya hemos llegado a un punto cada vez más cercano a poner precio al aire que consiste en poner el precio que se quiera a la electricidad.

La electricidad yo diría que es el producto más básico que existe hoy en día después del aire, el agua y la comida. Sin electricidad no podemos llevar una vida normal con unas bombillas con qué iluminarnos o una nevera donde conservar la comida, o una tele con que lavarnos el cerebro. No. No se puede. El que diga que se puede vivir sin luz o sin nevera miente o no sabe de lo que habla. Lo más parecido que yo he vivido es irme de acampada en medio de un monte y aún con todo, llevaba una linterna y cada dos o tres días me podía duchar en algún lugar. Pero eso no es vivir sino sobrevivir y no hablamos de eso en una sociedad moderna.

Parece que ya se han dado cuenta del tema todos los que pueden meter la cuchara; las compañías eléctricas cobran lo que quieres en función de oscuras fórmulas de subastas de energía, y el gobierno cobra los impuestos que quiere sobre la electricidad; 4% porque sí, pluses por la minería del carbón (esa que tanto jalean los progres y los pobres) y el IVA en forma de doble imposición sobre los anteriores.
La electricidad es nuestro nuevo aire por el que pueden cobrar lo que quieran. Da igual las subidas que experimente porque seguiremos consumiéndola. Podremos ajustar un poco el consumo, pero llegado cierto punto no podemos reducir más y los términos fijos y variables pueden subir lo que quieran también. Si te pones chulo y no pagas te quedas a oscuras y no hay más vuelta de hoja.

Empecé a escribir este blog hace más de tres años precisamente por las subidas de la electricidad, constantes, enormes, confiscatorias, cabreantes y sin ningún lugar para la protesta.
Es curioso, porque si el Gobierno hubiese decidido cobrar un impuesto especial sobre la electricidad del 7% en vez de quitarle la extra a los funcionarios, posiblemente recaudaría más porque todos apoquinarían y todo el mundo se quedaría tranquilamente en casa pagando y viendo la televisión en vez de montar el pifostio y saliendo a la calle.

Señores, el tubo del aire existe y ya lo empiezan a apretar.


domingo, 17 de junio de 2012

La trampa hipotecaria. La pesada digestión.


Ayer leí un interesante artículo sobre el desplome de los precios inmobiliarios en el que describe la situación y nos sitúa al borde de la fase de “capitulación” de toda burbuja que se precie.
Pero como yo soy así de especialito me dio por hacer un cuadro que explique lo que le sucede al hipotecado de a pie (incluido yo mismo, of course) cuando bajan los precios de las viviendas. Tómenlo como un complemento al artículo mencionado.















Hace un año escribí sobre una posible venta de mi casa y comprar otra con los condicionantes que tenía e hice una serie de hipótesis que en esta ocasión sistematizo de la siguiente manera:

1.- Supongamos que un ciudadano compra una vivienda de tipo medio en la provincia de Madrid de 100 m2 durante cada año (col.1). Los valores para cada año de dicha vivienda (col.2) la he extraído de la Sociedad de Tasación S.A. que proporciona muy buenos cuadros de tendencia. Supongamos también que el ciudadano se ha hipotecado por el 80% del valor de la vivienda (col.3) (aunque sabemos que muchos metieron el BMW, la operación de tetas, las vacaciones a Tailandia y demás. En este caso el resultado es peor)

2.- Supongamos que por diversas causas, cada una de las personas que compraron cada año quiere vender su piso este año 2012 para comprar otro exactamente igual pero al precio de este año.

3.- Los que compraron hace más tiempo llevan pagando hipoteca desde hace más años (col.4) y por lo tanto tienen más capital amortizado (col.5). También añado el porcentaje de hipoteca amortizada para que vean que el  sistema francés acelera la amortización con los años.  Por lo tanto a cada persona le queda una cantidad de hipoteca pendiente (Col.6) que consideraremos la carga sobre su propiedad.

4.- Ahora viene el ejercicio de venta y planteo dos escenarios. Supongamos que todos los pisos encuentran un comprador a un valor medio previsto de 110.000€ en el primer escenario ó 100.000€ en el segundo escenario. Estos valores van en consonancia con la caída de precios que TODAS las tasadoras están constatando. En los dos casos el cálculo del dinero que le quedaría para gastar en la nueva casa (col.8 ó col.10) es:

Valor 2012 (110k ó 100k €) – Hipoteca pendiente – un 10% de la hipoteca pendiente (que refleja gastos de cancelación, impuesto de plusvalía, etc.)  

Como ven es un ejercicio aproximado pero la conclusión a la que se llega  y a la que llegué ya hace un año es que los que han comprado casa en los últimos 10 años están atrapados por su hipoteca y no podrían hacer el cambio porque palmarían dinero, y en ocasiones mucho, tanto más cuanto más bajen los precios de las viviendas. Los que compraron en el pico de la burbuja (2005-2008) pueden llegar a pérdidas escandalosas.
Evidentemente si no hay necesidad de vender este ejercicio es estéril, pero si alguien por lo que sea se ve obligado a vender tiene un problema serio.

De aquí vienen las historias más tristes. Gente que se quedó sin ingresos y al intentar vender su casa no encuentra comprador, ni precio ni nada y se le ejecuta la hipoteca. La casa se fue y la deuda permanece para toda la vida. Así es nuestro sistema hipotecario.
Como siempre, hay ganadores y perdedores. Este es un juego de suma cero y para que gane uno tiene que perder otro. Los que tengan algo de capital encontrarán chollos estupendos y los hipotecados que no puedan vender al precio deseado tendrán que afrontar pérdidas o bien ser embargados.

Ahora tal vez comprendan mejor el porqué del estancamiento de las compraventas de inmuebles. Estamos haciendo una pesada digestión de lo comprado a precios de burbuja y a crédito. Esta digestión puede durar fácilmente 10 ó 15 años hasta que se vayan amortizando los préstamos concedidos, así que a los felices propietarios de una vivienda hipotecada les deseo que disfruten de su casa porque van a ser muchos años.


domingo, 10 de junio de 2012

Chorradas y caridad


Ayer entro en Twitter y me encuentro que muchas cuentas han puesto su avatar al revés. ¡Qué curioso! ¿Porqué será? Me pongo a buscar y encuentro que hay una cosa llamada Campaña SOMOS que promulga en un vídeo de famosotes que nos pongamos una prenda del revés. ¿Para qué? Para ayudar a las personas. ¿Cómo? Ni puñetera idea.
Vamos a reflexionar un instante. Una página web con la realización de dos vídeos, que al parecer han salido por televisión, con el apoyo de las mayores empresas de España y todo para que un Viernes, el común de los mortales haga el payaso en apoyo de una idea que tiene que ver lejanamente con ONGs. ¿No les resulta chocante? ¿Todo ese dinero gastado para no pedir más que un gesto ridículo?

Veo campañas de esas todas las semanas en Internet. Que si pon tu avatar así o con una escarapela, o que manda un email a todas tus amistades o que si modifica tu nombre durante unos días o que si lleva un lazo morado en el meñique… Todo eso, me van a perdonar son chorradas que sirven para apaciguar conciencias a muchos y para que saquen dinero unos pocos y no precisamente los necesitados. Siempre que profundizas en el tema descubres que el objetivo último es “concienciar a la sociedad, crear un estado de ánimo, apoyar a una idea…”

No existe el apoyo sin esfuerzo, la ganancia de la nada, ni la mucha ayuda con un gesto. Son idioteces, palabras huecas que nos podemos creer si nos apetece pero que no sirven de nada. Mi hijo de 11 años lo ve claro como el agua de manantial. Siempre que ve a alguien pidiendo le da algo de lo que tiene porque dice con buen criterio que las chuches que se iba a comprar realmente no le hacen falta. Él sí que hace un esfuerzo para ayudar. Y si no tiene nada, me pide a mí para dárselo al que lo necesita.

Si quieren hacer caridad, háganla de verdad y si no quieren o consideran que no pueden hacerla pues no la hagan, pero no se crean que ayudan por montar en bicicleta por los niños del Sáhara ni por llevar una prenda amarilla por las enfermedades pulmonares, ni por poner un tuit de apoyo el Día de la Desgracia de Turno. Si quieren apoyar causas reales, no tienen que irse muy lejos. Sólo bajar a su calle y pasear 100 metros.

Dar un euro es ayudar. Dar el coñazo no lo es.



domingo, 27 de mayo de 2012

Historia de dos cafeterías


El edificio donde trabajaba el año pasado está en mitad de la nada. No está en medio de una ciudad, ni un polígono industrial.. Sólo carretera y nada. Uno de los derechos no escritos del Estatuto de los Trabajadores es tomar café, por lo que se contrató una cafetería y comedor a una importante empresa de restauración colectiva. Precios ajustados (subvencionados por la empresa), calidades medias y ningún sitio más para elegir.

El horario de la cafetería era de 8:00 a 11:00 y de 13:00 a 16:00 horas. Vamos, el horario de tomarse un café por la mañana y otro después de comer. La productividad es lo primero. Al ser la única cafetería disponible muchos trabajadores que intentábamos tomar un café encontrábamos enormes colas, un sistema poco organizado de servir y una amplia oferta consistente en café. No bollos, no comida, no tostadas... En una cafetería se toma café ¿no? Por añadidura, la actitud de las camareras no era la mejor y las caras largas y antipatía estaban  siempre presentes. La gente poco paciente como yo optó por no ir a la cafetería y tomar café en la máquina de vending.

El problema es que en esa empresa normalmente se trabaja hasta las 7 o las 8 de la tarde y la gente tiene necesidades de comer algo rápido, a veces de cenar, etc.…, vamos que había demanda de más horario de cafetería y más servicios, así que un día vimos que al lado de un espacio libre al lado de la  cafetería, abrió otra de una conocida cadena de franquicias de restauración “rápida”. Ofrecía cafés, bollos, tostadas, platos preparados, zumos, etc. en un horario continuo de 8:00 a 20:00 horas. Los precios algo mayores pero la calidad claramente mejor.

Así que después de probar la nueva cafetería, me hice asiduo de su café capuchino y algún “muffin” de chocolate, antes llamados magdalenas por los viejos del lugar.
Al cabo de algún tiempo, la compañera con la que bajaba a tomar café mi hizo notar que la chica que preparaba los capuchinos la habían cambiado por un muchacho serio y no muy simpático y que la calidad del producto había bajado. ¡Pues es verdad! Y me comentó que en la otra cafetería ya tenían nuevo productos. Así que un día fuimos a redescubrir la antigua cafetería.

Nos llevamos una grata sorpresa al comprobar que el sistema de servicio lo habían mejorado para que no hubiese que esperar, la oferta de productos para desayunos era incluso mejor que la de la 2ª cafetería, los empleados habían recibido instrucción de ser más simpáticos y los precios eran menores.

Como consecuencia, utilizamos las dos cafeterías según para qué. Para desayunar a primera hora iba a la primera, que había mejorado claramente su servicio. Para comidas fuera de hora u otras cosas iba a la segunda.

Moraleja 1. La competencia nos hace mejorar. La primera cafetería supo adaptarse al reto de la segunda en discordia.
Moraleja 2. La especialización es la salvación de muchos negocios. La segunda cafetería supo especializarse en ciertos servicios por lo que las dos cafetería conviven.

Aunque he puesto como ejemplo esta historia de dos cafeterías y para ellas no aplicaría, esperemos que la nueva ley de apertura rápida de negocios sirva para que todas esas ideas, competencias y especializaciones que tiene la gente, puedan prosperar para que todos podamos prosperar.



domingo, 6 de mayo de 2012

Lo barato, lo caro, y la calidad de la enseñanza.


¿Lo barato es malo y lo caro es bueno? No siempre. Esa idea es de nuevo rico o de cateto. Cierto es que las cosas buenas suelen ser más caras que las malas, pero la escala no es fija. Por ejemplo, unas manzanas normalitas pueden costar digamos un euro mientras que otras riquísimas pueden costar dos euros. Eso no quita que por un euro y medio encontremos unas manzanas igual de buenas que las caras. Pero esto es un ejemplo muy básico. En los casos de servicios o bienes más complejos y de mayor valor objetivo como un automóvil es más complicado encontrar esa relación bueno = caro y malo = barato. Entran en juego temas subjetivos como la marca, el diseño, el uso que se le quiere dar, etc. A mí me gustan los coches pequeños y las marcas americanas. Otros querrán pagar más dinero por coches representativos que puede que sean caros pero objetivamente malos.

Tal vez todo esto les parezca obvio pero viene a cuento de la idea que desde hace meses se extiende sobre los “recortes” en educación. La idea base es que si se gasta menos dinero en educación  baja la calidad de la enseñanza. En fin, por partes:

Primero. Se ha puesto de moda la palabrita “recortes”. Toda la vida se ha dicho ahorros, pero ahora son recortes, que tiene un carácter más peyorativo. Todo se mete en la misma bolsa; ahorros, reorganización, ajustes, cambios en la estructura del gasto, racionalización. Ahora todo se llama “recortes” y como pueden ver no es lo mismo.

Segundo. Hasta la fecha dichos ahorros en educación consisten en lo siguiente (y corríjanme si me equivoco): No se contratan profesores interinos y los de plantilla dan un par de horas más de clase a la semana. Ahora se autoriza a que en vez de abrir nuevos centros, se pueda ampliar el número de alumnos por clase en un 20% (aproximadamente de 20 a24). A todo el personal funcionario se les redujo el sueldo entre un 5-7% con el gobierno anterior.

Tercero. ¿Qué es calidad de la enseñanza? Supongo que cada persona con hijos tendrá su propia definición, pero para mí es que los niños se instruyan, aprendan materias como matemáticas, lengua, ciencias, cultura, etc. en un ambiente que fomente y facilite el estudio y la tranquilidad necesaria para  adquirir dichos conocimientos. Y también es la adquisición de valores que de toda la vida deberían ser referentes; esfuerzo, trabajo, justicia, bondad, etc.

Para los señores de las camisetas verdes, calidad de la enseñanza es más dinero para los profesores, cobrar más, la pasta, la tela, la plata, el parné… Suena a chantaje. “Si me pagas menos haré peor mi trabajo y los niños que se jodan”. Suena exactamente a eso. No suena a “Haremos nuestro trabajo lo mejor que podamos con los medios a nuestro alcance”, ni suena a “Hay que ampliar los temarios y exigir esfuerzo a los alumnos y profesores”. Acabo de leer esta noticia en la que directores de instituto amenazan veladamente sobre la calidad de la enseñanza y me reitero en esta sensación de que los profesores en este aspecto se están comportando de una forma miserable con el futuro de nuestros hijos como rehén.

Calidad de la enseñanza es menos perder tiempo en huelgas, menos perder tiempo en ensayar gilipolleces de bailes de Navidad y fin de curso, más matemáticas, más lectura, más exigencia, más realismo (los niños son pequeños pero no idiotas) y más explicar que si no estudias y te formas no podrás llegar muy lejos. Calidad de la enseñanza es no ser los últimos de Europa, ni carecer de las más elementales nociones de cultura general. Calidad de la enseñanza es estudiar idiomas que puedas usar en el mundo y no idiomas que sólo se puede hablar en regiones que no ofrecen oportunidades y de las que tendrás que emigrar.
La calidad de la enseñanza no tiene que ver tanto en el número de alumnos por clase como en la que se desarrolla en esas clases y la voluntad que pone el profesor y los alumnos. Calidad de la enseñanza es aprender que el profesor está por encima del alumno, por edad y conocimientos, lo que no quita que ese respeto que se le debe al profesor hay que ganarlo y mantenerlo.

Sé que este blog lo leen algunos profesores y espero que no se enfaden conmigo porque comprendo que gran parte de los males que expongo no son culpa suya en muchas ocasiones sino de leyes que les impiden desarrollar su tarea de una manera mejor (El ejemplo de a profesora de Andorra es sintomático), pero romper con esta tendencia de queja y dejadez de todos (profesores, alumnos, padres) está sobre todo en sus manos.

Como siempre espero sus comentarios, en especial del sector docente. 


miércoles, 11 de abril de 2012

La aberración de establecer precios en función de la renta


Creo que nadie se ha parado a pensar la barbaridad que representa el que se paguen precios diferentes por los medicamentos en función de la renta de cada uno. Esto abre un precedente que se cargaría la igualdad de los españoles ante muchas leyes.

Empecemos con las preguntas: ¿Qué es una renta alta? ¿A partir de 100.000€? ¿De 60.000€ como en su día dijo Pepiño? ¿30.000€? La renta ¿Se medirá individualmente o per cápita familiar? ¿Los niños y familiares dependientes qué renta tienen asociada?¿Todos los condicionantes personales de la declaración de la renta se tendrán en cuenta? En caso de extranjeros ¿cómo sabrán su renta? Como ven, es fácil de decir pero difícil de aplicar.

Los bienes y servicios tienen un precio único. Unos pueden acceder a ellos y otros no, pero deformar la realidad de manera que se le dificulte el acceso a ciertos bienes a algunas personas en función de su situación personal es aberrante desde el punto de vista económico y sociológico.

Para que los ricos aporten más al sistema ya se inventaron los impuestos progresivos, o sea, que cuanta más renta cobres, mayor es el tipo impositivo. Esto puede parecernos mejor o peor pero son unas reglas de juego establecidas para todos y cuyos datos (muy sensibles, por cierto) son controlados por la AEAT en exclusiva. (En el impuestazo de Diciembre subieron un 7% al tramo más alto).

Pero lo que se propone sobre que los precios se establezcan en función de la renta, implica que los farmacéuticos tendrán acceso a saber si yo tengo una renta alta o no. No sólo los farmacéuticos, sino los ayudantes de botica, los estudiantes de farmacia que están cobrando en la caja, las empresas a las que les vendan esos datos o peor aún,  los delincuentes que quieran comprar esa interesante información. Se abre la veda de “caza al rico”. Si yo fuese un mafioso me encantaría saber qué personas tienen una renta alta y niños enfermos. Se me ocurren todo tipo de atrocidades para explotar esa información.

Si seguimos esa vía ¿porqué darles una pensión a los que tienen rentas altas? Habrán amasado un patrimonio ¿Y seguridad? Ellos pueden pagarse vigilantes jurados. ¿Y si se quedan en paro? Bueno, con la pasta que han ganado no es necesario darle el subsidio de desempleo. ¿Y qué tal tipos de IVA diferentes en función de la renta? Como usted es rico pague un 23% de IVA. Como ven, la medida es demagógica a más no poder.

Por último, nunca se olviden de que esto es “Ejpain”. Unos comprarán medicinas en nombre de otros, se falsificarán más aún las declaraciones de  renta, los trabajadores por cuenta ajena estarán más acogotados todavía y los que defraudan sistemáticamente lo seguirán haciendo igual o más. Los ricos tendrán muy buenas razones para eludir impuestos y no acogerse a ninguna amnistía fiscal ¿para qué? ¿para quedarse sin un duro y que les pongan un distintivo de “rico” como si de una estrella amarilla de tratara? Los ricos se disfrazarán de pobres y terminarán emigrando con su dinero a otro país que les dé seguridad jurídica.



sábado, 10 de marzo de 2012

Carne de manifa


Les voy a confesar algo. He ido a dos manifestaciones en mi vida y en los dos casos he terminado arrepintiéndome y sintiéndome tremendamente imbécil.

La primera fue la manifestación del 12M en Madrid allá por el 2004. Íbamos en estado de shock por los atentados del 11-M a dos días de las elecciones. Nadie sabía realmente para qué iba a la Castellana a unirse a miles de personas pero sí sabía porqué. La gente a mi alrededor estaba silenciosa y nadie reclamaba nada porque no había nada que reclamar. A lo lejos se fue abriendo paso un cántico que se fue contagiando por toda la muchedumbre “¿Quién ha sido? ¿Quién ha sido?” mientras yo pensaba si realmente era relevante quién había sido. ¡Caray que si era relevante! Nos costó la broma 8 años de ZP que tardaremos al menos otros ocho en reparar si es que se consigue. Y yo estaba allí haciéndole el caldo gordo a quien supo canalizar esa muchedumbre en su beneficio. ¡Edu, eres imbécil!

Al año siguiente y viendo el cariz que adoptaban las cosas me fui a la manifestación de Junio a favor de la familia. Realmente fui a esa manifestación por fastidiar al gobierno y a ZP aunque el lema tampoco me resultaba ajeno sino más bien simpático. Pero al cabo de media hora de estar en esa multitud me di cuenta de que me habían puesto en la mano una bandera de España que varias personas repartían, y cada poco tiempo pasaba un grupo guiado por algún religioso gritando consignas en contra del matrimonio homosexual y en contra de los gays en general. Resulta que al poco tiempo uno de mis más queridos amigos se casó con su novio al igual que posteriormente más amigos míos gays se casaron. Y cada vez que estoy con ellos no puedo evitar pensar en que fui a esa manifestación en la que se gritaba contra ellos y que ¡Edu, eres imbécil!

Para dentro de unas semanas se ha convocado una huelga general y se volverán a formar manifestaciones, piquetes, etc. Leo en Internet muchas opiniones a favor de hacer huelga y protestar contra la reforma laboral pero no a favor de los sindicatos que según dicen no les representan. Es una opinión muy respetable e inteligente; defender lo que uno cree sin intermediarios, pero les voy a avisar de lo que pasará. Todos los que vayan a manifestaciones organizadas por los sindicatos estarán apoyando de hecho al sindicato y a cualquier mensaje que quieran dar. Si deciden que el mensaje es a favor de la república, todos se convertirán en republicanos por obra y gracia de los medios de comunicación. Si deciden que el mensaje de la manifa es a favor de la intervención en Siria o de la invasión de Andorra, todos los que allí estén lo apoyarán quieran o no, porque lo realmente importante es que las masas son una herramienta amorfa y estúpida que es manejada por muy pocos para sus fines.

Ese día se manipulará el mensaje, el sentido de las cosas, las cifras de asistentes, al apoyo a la huelga, la verdad en cualquiera de sus facetas y todos los que vayan a manifestarse serán un número, serán manipulados, serán un arma mentirosa en manos de alguien.

Serán carne de manifa. 


sábado, 3 de marzo de 2012

La frase

Hay una frase que utilizaba mucho al igual que todos los españoles la usan mucho a diario. Es más, la dicen constantemente y yo no era consciente de ello hasta que un día un amigo argentino me explicaba su peripecia en una comisaría para tramitar unos papeles para su nacionalización. Después de soportar ciertas preguntas y observaciones humillantes y prepotentes por parte del comisario y mi amigo afearle la conducta y exponerle lo que la Ley española dice, el funcionario le soltó la frasecita de marras.
Y mi amigo que es muy culto, muy instruido y sobre todo muy inteligente me hizo ver lo que la frase realmente significa.

Significa chulería y que no te vas a mover de una posición aunque sepas que es injusta o equivocada. El equivalente castizo de “lo tomas o lo dejas”.

Significa dejadez y falta de interés. La habrán escuchado por ejemplo al ir a una tienda y preguntar por algo que necesitan y el empleado no quiere molestarse en buscarlo.

Pero sobre todo significa resignación. La decimos cuando no queremos seguir luchando aunque sea en esas pequeñas peleas diarias en las que hay que hacer valer tus derechos y las obligaciones propias y de los demás. La soltamos en vez de las oraciones y letanías que nuestras abuelas soltaban ante lo que consideraban inevitable “Ay Señor, hágase tu voluntad” en vez de plantearse si la razón o la ley está de tu lado, o si el esfuerzo te puede sacar de esa situación.

Por todo ello desde entonces procuro no usarla jamás y me fastidia extraordinariamente escucharla porque es volver a la peor España de siglos, la del Buscón, la del hidalgo empobrecido que no comía por llevar la capa lustrosa y remendada que “pareciera que carne a diario comía”, la del inflexible con el débil y la del servil con el fuerte.

Es una combinación letal de cuatro palabras y diez letras que espero que a partir de hoy cuando la escuchen o la digan, reflexionen sobre su significado.

Es lo que hay





sábado, 11 de febrero de 2012

Trabajo, libertad e intervencionismo.

Un amigo tuitero (bueno, varios) lanzaban la siguiente pregunta. ¿Cómo es posible que abaratando el despido se cree empleo? Y yo recojo el guante para responderles.

Quisiera abordar el tema desde la perspectiva de los sistemas económicos liberales o intervenidos, viendo las ventajas e inconvenientes de cada uno y su relación con el desempleo. Les aconsejo que lean los links que les dejo en varios conceptos si no están familiarizados con ellos para una mejor comprensión del post.

Partamos del primer extremo. La libertad absoluta.  Imaginen que pueden negociar lo que quieran con otra persona  en el supuesto de que lo que se pacta se cumple. En condiciones de competencia perfecta significa que un empleador ofrecerá el menor sueldo posible a los trabajadores que quiere emplear. La ley de oferta y demanda sigue siendo de aplicación por lo que si un empleador ofrece 1€ al día de sueldo pero otro empleador ofrece para el mismo trabajo 2€ al día, este último se llevará al currito. En fin, que el salario se equilibrará entre la oferta de los empleadores que necesitan empleados y la demanda de los empleados que necesitan trabajar. Evidentemente, ni el empleador pagará salarios que le hagan entrar en pérdida ni el trabajador aceptará un salario que no le merezca la pena. Ese salario se llama salario de mercado. Al final, todos los empleadores que ofrezcan un salario por debajo de del de mercado se quedarán sin trabajadores. Igualmente, si ofrecen un salario por encima del de mercado harán atractiva su empresa a los trabajadores.

Pero como ya saben la vida no es así de perfecta sino que hay una cosa que se llama Estado que interviene regulando este mercado. ¿Cómo? Haciendo pagar cotizaciones sociales, marcando un salario mínimo, estableciendo clausulados obligatorios en los contratos o imponiendo indemnizaciones por despido. Todas estas restricciones distorsionan ese mercado perfecto del que hablábamos antes, tanto más cuantas más restricciones haya. Y al final la distorsión se puede mostrar de muchas maneras; falta de productividad por costes laborales elevados, nepotismo en la contratación, corrupción y en general tomas de decisiones no lógicas a la hora de montar una empresa. Como ejemplo imaginen que una Pyme de 10 empleados pasa por horas bajas y no hay trabajo para los 10 empleados porque los pedidos sólo dan para 5. El empresario no puede despedir a cinco ni a tres porque las indemnizaciones le dejarían en la calle, con lo que la espiral de pérdidas de la empresa es imparable y termina indudablemente en el cierre y los 10 en la calle. Esto es lo que se llama inflexibilidad laboral. O todos cobramos o la puta al río.

Un porcentaje muy pequeño de empresas se arruina o no prospera en sus cinco primeros años de vida. Sabiendo esto eso ¿Usted contrataría a alguien si tuviera que indemnizarle con un dineral como si le hubiese hecho algo malo que no sea darle un trabajo remunerado? Yo mismo he vivido ese caso. Mi Sra. y yo pusimos una tienda y como teníamos miedo de contratar a un dependiente, al final llamamos a un familiar para que nos ayudara. Y en un año cerramos (sí, la cagué) Si hubiese tenido que indemnizar a una persona con 45 días hubiese tenido un problemón adicional al de arruinarme. Digamos que como las cosas te van mal, si no quieres caldo tomarás dos tazas así que te arruinas un poco más. Pero tengo un ejemplo más sangrante de lo que es la inflexibilidad laboral.

Mi padre tenía allá por los años 70 un estudio de dibujantes que hacía trabajos a empresas diversas y tenía contratadas a cinco personas. A finales de los 80 las cosas empezaron a ir mal porque los contratantes daban menos trabajo, los precios bajaron, etc. con lo que la empresa empezó a dar pérdidas. Mi padre pensó que con tres trabajadores podría tirar, pero se encontró que despedir a dos empleados que llevaban 20 años en la empresa costaba el equivalente a todo su patrimonio, y dado que era una empresa unipersonal, representaba dejar a su familia en la calle. Así que se pasó varios años trabajando en otros temas para mantener la empresa y los cinco trabajadores además de su familia. Se tuvo que morir en 1992 para poder liquidar la empresa.

Pero vamos a la parte esperanzadora. Fijémonos en un país como Estados Unidos. La intervención estatal es baja en lo tocante al mercado laboral. Puedes ser contratado un día y despedido al siguiente porque así lo considere el empleador. ¿Eso es malo? Bueno, lo cierto es que la movilidad, la productividad y la facilidad para encontrar otro puesto de trabajo es muchísimo más elevada que en Europa y desde luego, que en España. Lo que busca la reforma laboral abaratando el despido e incentivando las contrataciones es precisamente que alguien que necesita un empleado no tenga miedo a contratarlo.

Con las reformas que se han aprobado ayer flexibilizando el mercado laboral puede que ocurran varias cosas. Puede que efectivamente muchos empresarios aprovechen para despedir a gente porque les sobre pero ¿realmente creen que los empresarios quieren despedir personas porque son unos malvados demonios? NO. Despedir a algunos puede significar salvar muchos puestos de trabajo.
Si se disipa el miedo a contratar, muchos de los parados que hay ahora puede que encuentren un trabajo. Tal vez no sea el mejor trabajo del mundo ni el mejor pagado, pero como he leído esta mañana en una columna ¿quieren pensar en trabajar o en el despido? Parece más razonable pensar que es mejor un trabajo sin derecho a indemnización que un paro con derecho a nada.
Otra cosa que debería ocurrir es que se va a acrecentar la meritocracia y la productividad por lo tanto. Los mejores prosperarán y será más difícil para las rémoras empresariales vivir escudados en un despido imposible. Eso al final lleva aparejado un cambio de mentalidad colectivo que produce riqueza y bienestar y nos despierta del sueño de que todo nos es debido sin hacer nada a cambio. No me malinterpreten; ya sé que la vida no es perfecta, que está llena de cabrones y que “shit happens” pero la libertad en el mercado laboral nos dará más responsabilidad, más oportunidades y eso representa más justicia, más bienestar y posiblemente más felicidad.
Hay que reactivar la Mano invisible que decía Adam Smith y el laissez faire potenciando la libertad de trabajar, de contratar, de despedir, de comerciar. Dejar que las cosas se equilibren por sí mismas. El sistema funciona si dejan que funcione. Ya sé que soy un economista demasiado clásico y burgués, pero les planteo dos preguntas.
Si usted es un trabajador ¿Qué prefiere en caso de despido? ¿tener más posibilidades de ser contratado en otro empleo o jugársela a una indemnización que puede que no llegue jamás por liquidación de la empresa?
Si usted está en paro y busca un empleo ¿Realmente está pensando en qué indemnización por despido le van a dar?


domingo, 22 de enero de 2012

El mercado laboral da miedo

En las últimas 24 horas he escuchado dos interesantes historias sobre la necesidad que tenemos de que el sistema laboral se dé la vuelta como un calcetín.
La primera historia viene descrita en el blog de un tuitero que sigo hace tiempo y que nos muestra el grado de deterioro que tienen las ofertas de trabajo y cómo se juega con las esperanzas de la gente que pasa por el desempleo.
La segunda me la contó un empresario sobre los problemas que tiene para llegar a pactos con sus empleados. La historia es que en una delegación de su empresa en una ciudad española tiene cien empleados que realizan un trabajo no cualificado por una cierta cantidad al mes, pero lo cierto es que no hay tanta tarea como para los cien empleados por lo que de ocho horas, trabajan cinco. Si se plantea reducir la jornada y el salario al trabajo que hay se monta el cristo con los cien, así que como solución queda despedir a 30 empleados. Podría parecer que es una oportunidad para quedarse con los empleados mejores o más productivos pero tampoco es así porque el despido de ciertos trabajadores que llevan 15 años en la empresa sería carísimo debido a las indemnizaciones legales que acarrea por lo que la lógica económica vuelve a imperar y se despide a los que entraron después, sea su desempeño bueno o malo porque el coste del despido así lo manda.
Por lo tanto la empresa se queda con los trabajadores más caros e intocables y no necesariamente los mejores. Consecuentemente, la productividad baja. Pero es que hay más.
En otra delegación en donde se necesitaba contratar gente y precisamente para evitar los trastornos de las puntas de producción se pensó en incluir en el sueldo la parte correspondiente a un posible despido de 20 días por año trabajado (un 5%) a cambio de que el empleado renuncie a cobrar esas cantidades en caso de despido (que ya cobraría mes a mes). Pese a que los empleados querrían aceptar y a todos les convenía, legalmente es algo irrenunciable y no se puede hacer. Conclusión: No se contrata.
Otros casos terribles a los que lleva este mercado laboral enfermo es cuando la empresa debido a la imposibilidad de ajustar sus costes, directamente quiebra. La consecuencia entonces es que en vez de prescindir de algunos empleados o reducir la jornada de la plantilla, acaban todos en la calle y sin ningún tipo de indemnización, más que la que pueda dar el Fondo de Garantía Salarial que es un proceso largo y complejo hasta ver un euro.
Otro efecto perverso de esta manera de funcionar que tenemos es que las empresas con más años de existencia no pueden adaptarse o ajustar sus costes frente a empresas competidoras nuevas que sí pueden contratar desde el principio con salarios, jornadas y costes menores, de forma que las ventas de las primeras descienden frente a la competencia y se acelera el proceso de destrucción empresarial, dejando por el camino despidos por un lado y nuevos trabajadores en condiciones peores.
Como ven, el problema de la reforma laboral tiene muchas caras como son el coste del despido, la facilidad de contratación, el coste de los seguros sociales, los convenios, los sindicatos, etc… pero todo ello al final se refleja en el meollo de la cuestión:

Los que quieren y necesitan contratar trabajadores tienen MIEDO de hacerlo porque hipotecan la viabilidad de la empresa y por eso no se crea empleo en España. Los que tienen empleo tienen MIEDO de perderlo porque saben que la dificultad de encontrar otro trabajo es inmensa. Los sindicatos meten MIEDO al Gobierno para que deje todo como está porque les conviene que nada se mueva y el Gobierno tiene MIEDO de que arda la calle si toca lo que sabe que tiene que tocar.

Estamos temblorosos dentro de un gigantesco dilema del prisionero en el que nadie está dispuesto a ceder nada aunque de esa forma todos pierden. ¿Será capaz el gobierno de romper la tendencia? Veremos.

domingo, 1 de enero de 2012

El ciclo

Nos han subido los impuestos. Sí, los nuevos gobernantes, los del PP. Muchos millones pensarán que los suyos les han traicionado. Y han recortado gastos, bueno como estaba previsto, pero es que lo de los impuestos duele y mucho. Que gente como Kutusov se lleva quejando tres años de lo mismo y ahora vienen estos con más y peor.

Pero como lo hecho, hecho está y por más que gritemos, pataleemos y nos quejemos no vamos a resolver nada, permítanme que intente mirar un poco más allá y les explique cómo van a ser los próximos cuatro años y cuales son las ideas que han llevado al nuevo Gobierno a tomar estas decisiones que tanto nos están escociendo y más que nos escocerán. Eso tal vez nos sirva para al tener un mayor conocimiento de la foto general podamos tener un poco de esperanza.

Estamos viviendo en primera persona las lecciones que se estudian en la carrera de Ciencias Económicas y que como buen estudiante siempre dudaba de su aplicabilidad en la vida real. Ya he comentado en este mismo blog teorías como la Ley de hierro de los salarios o la Curva de Laffer y cómo se cumplen un siglo tras otro. Pero esta vez estamos asistiendo de nuevo a la teoría del Ciclo Político Económico. Esta teoría en me la explicaron en primero de carrera y consiste en lo siguiente:

Premisas: 1- Los partidos políticos tienen como fin primordial alcanzar el poder y mantenerse en él. 2- Los ciudadanos tienden a orientar su voto en función de los últimos acontecimientos, vamos, que su memoria para votar es corta.
Desarrollo: Los gobiernos recién elegidos toman las decisiones impopulares los dos primeros años de su mandato. El tercer año se rentabilizan las acciones tomadas para “vender” resultados el año anterior a las elecciones mediante bajadas de impuestos y otras medidas populares para la gente.

Como ven, lo que acaba de hacer el Gobierno es seguir el manual a rajatabla; dos años pagando más impuestos y con recortes que harán que cuando llegue 2014 y reciban un 3-5% más en la nómina lo malo se olvide. Con un poco de suerte para 2014 se recuperará el mercado de trabajo y se podrá vender fácilmente la idea de que se ha sufrido pero era por una buena causa. Más gente con trabajo, los funcionarios con el sueldo descongelado y menos retenciones en la nómina para todos. Alegría y la sensación de que se hizo lo que se tenía que hacer. Venta de la idea de que con  cuatro años de esfuerzo y eficaz gobierno más podemos ser los años del mundo y ¡voilá! Otra mayoría absoluta.

En 2007 el gobierno de ZP regaló los famosos 400€ y al año siguiente los volvió a cobrar con las elecciones ganadas. Cuando llegue 2015 nos habremos olvidado del cabreo monumental que nos agarramos en Enero de 2012 al ver nuestra nómina y volveremos a votar en función de los últimos 12 meses. Los gobiernos lo saben y en este caso Rajoy y sus ministros, todos ellos experimentados subsecretarios han pensado “¡Ahora o nunca!” a la hora de meter el mayor leñazo impositivo de las últimas décadas.

Tengan paciencia porque los dos próximos años van a ser de posguerra y para los dos siguientes las cosas mejorarán. No sé si mucho o poco, pero mejorarán. Yo me aferro a eso.