viernes, 20 de julio de 2012

El precio del aire


Para que vean que nada es nuevo y todo está inventado, hace más de 20 años hablaba con mis padres sobre la crisis de entonces y las subidas de precios y lo mal que estaban las cosas. Fue entonces cuando me dijeron que si alguien pudiera poner un tubito a toda la gente para cobrarles por el aire que respiran sería el mejor negocio del mundo porque podría ponerse el precio que se quisiera, además de controlar el mundo. Al que se ponga chulo se le aprieta el tubito y cuando se empiece a poner morado se le pasa la tontería.
Siempre me causó mucha curiosidad y fascinación esa idea y cuando estudié economía pude clasificar el aire como un bien de demanda absolutamente rígida, es decir, no puedes dejar de consumirlo esté al precio que esté porque no hay un bien sustitutivo.

Si lo piensan da miedo ¿verdad? Un ente superior a ti que puede decidir el dinero que te va a quitar porque en caso contrario no podrás seguir con tu vida normal.
Pues mucho me temo que ya hemos llegado a un punto cada vez más cercano a poner precio al aire que consiste en poner el precio que se quiera a la electricidad.

La electricidad yo diría que es el producto más básico que existe hoy en día después del aire, el agua y la comida. Sin electricidad no podemos llevar una vida normal con unas bombillas con qué iluminarnos o una nevera donde conservar la comida, o una tele con que lavarnos el cerebro. No. No se puede. El que diga que se puede vivir sin luz o sin nevera miente o no sabe de lo que habla. Lo más parecido que yo he vivido es irme de acampada en medio de un monte y aún con todo, llevaba una linterna y cada dos o tres días me podía duchar en algún lugar. Pero eso no es vivir sino sobrevivir y no hablamos de eso en una sociedad moderna.

Parece que ya se han dado cuenta del tema todos los que pueden meter la cuchara; las compañías eléctricas cobran lo que quieres en función de oscuras fórmulas de subastas de energía, y el gobierno cobra los impuestos que quiere sobre la electricidad; 4% porque sí, pluses por la minería del carbón (esa que tanto jalean los progres y los pobres) y el IVA en forma de doble imposición sobre los anteriores.
La electricidad es nuestro nuevo aire por el que pueden cobrar lo que quieran. Da igual las subidas que experimente porque seguiremos consumiéndola. Podremos ajustar un poco el consumo, pero llegado cierto punto no podemos reducir más y los términos fijos y variables pueden subir lo que quieran también. Si te pones chulo y no pagas te quedas a oscuras y no hay más vuelta de hoja.

Empecé a escribir este blog hace más de tres años precisamente por las subidas de la electricidad, constantes, enormes, confiscatorias, cabreantes y sin ningún lugar para la protesta.
Es curioso, porque si el Gobierno hubiese decidido cobrar un impuesto especial sobre la electricidad del 7% en vez de quitarle la extra a los funcionarios, posiblemente recaudaría más porque todos apoquinarían y todo el mundo se quedaría tranquilamente en casa pagando y viendo la televisión en vez de montar el pifostio y saliendo a la calle.

Señores, el tubo del aire existe y ya lo empiezan a apretar.