domingo, 22 de enero de 2012

El mercado laboral da miedo

En las últimas 24 horas he escuchado dos interesantes historias sobre la necesidad que tenemos de que el sistema laboral se dé la vuelta como un calcetín.
La primera historia viene descrita en el blog de un tuitero que sigo hace tiempo y que nos muestra el grado de deterioro que tienen las ofertas de trabajo y cómo se juega con las esperanzas de la gente que pasa por el desempleo.
La segunda me la contó un empresario sobre los problemas que tiene para llegar a pactos con sus empleados. La historia es que en una delegación de su empresa en una ciudad española tiene cien empleados que realizan un trabajo no cualificado por una cierta cantidad al mes, pero lo cierto es que no hay tanta tarea como para los cien empleados por lo que de ocho horas, trabajan cinco. Si se plantea reducir la jornada y el salario al trabajo que hay se monta el cristo con los cien, así que como solución queda despedir a 30 empleados. Podría parecer que es una oportunidad para quedarse con los empleados mejores o más productivos pero tampoco es así porque el despido de ciertos trabajadores que llevan 15 años en la empresa sería carísimo debido a las indemnizaciones legales que acarrea por lo que la lógica económica vuelve a imperar y se despide a los que entraron después, sea su desempeño bueno o malo porque el coste del despido así lo manda.
Por lo tanto la empresa se queda con los trabajadores más caros e intocables y no necesariamente los mejores. Consecuentemente, la productividad baja. Pero es que hay más.
En otra delegación en donde se necesitaba contratar gente y precisamente para evitar los trastornos de las puntas de producción se pensó en incluir en el sueldo la parte correspondiente a un posible despido de 20 días por año trabajado (un 5%) a cambio de que el empleado renuncie a cobrar esas cantidades en caso de despido (que ya cobraría mes a mes). Pese a que los empleados querrían aceptar y a todos les convenía, legalmente es algo irrenunciable y no se puede hacer. Conclusión: No se contrata.
Otros casos terribles a los que lleva este mercado laboral enfermo es cuando la empresa debido a la imposibilidad de ajustar sus costes, directamente quiebra. La consecuencia entonces es que en vez de prescindir de algunos empleados o reducir la jornada de la plantilla, acaban todos en la calle y sin ningún tipo de indemnización, más que la que pueda dar el Fondo de Garantía Salarial que es un proceso largo y complejo hasta ver un euro.
Otro efecto perverso de esta manera de funcionar que tenemos es que las empresas con más años de existencia no pueden adaptarse o ajustar sus costes frente a empresas competidoras nuevas que sí pueden contratar desde el principio con salarios, jornadas y costes menores, de forma que las ventas de las primeras descienden frente a la competencia y se acelera el proceso de destrucción empresarial, dejando por el camino despidos por un lado y nuevos trabajadores en condiciones peores.
Como ven, el problema de la reforma laboral tiene muchas caras como son el coste del despido, la facilidad de contratación, el coste de los seguros sociales, los convenios, los sindicatos, etc… pero todo ello al final se refleja en el meollo de la cuestión:

Los que quieren y necesitan contratar trabajadores tienen MIEDO de hacerlo porque hipotecan la viabilidad de la empresa y por eso no se crea empleo en España. Los que tienen empleo tienen MIEDO de perderlo porque saben que la dificultad de encontrar otro trabajo es inmensa. Los sindicatos meten MIEDO al Gobierno para que deje todo como está porque les conviene que nada se mueva y el Gobierno tiene MIEDO de que arda la calle si toca lo que sabe que tiene que tocar.

Estamos temblorosos dentro de un gigantesco dilema del prisionero en el que nadie está dispuesto a ceder nada aunque de esa forma todos pierden. ¿Será capaz el gobierno de romper la tendencia? Veremos.

domingo, 1 de enero de 2012

El ciclo

Nos han subido los impuestos. Sí, los nuevos gobernantes, los del PP. Muchos millones pensarán que los suyos les han traicionado. Y han recortado gastos, bueno como estaba previsto, pero es que lo de los impuestos duele y mucho. Que gente como Kutusov se lleva quejando tres años de lo mismo y ahora vienen estos con más y peor.

Pero como lo hecho, hecho está y por más que gritemos, pataleemos y nos quejemos no vamos a resolver nada, permítanme que intente mirar un poco más allá y les explique cómo van a ser los próximos cuatro años y cuales son las ideas que han llevado al nuevo Gobierno a tomar estas decisiones que tanto nos están escociendo y más que nos escocerán. Eso tal vez nos sirva para al tener un mayor conocimiento de la foto general podamos tener un poco de esperanza.

Estamos viviendo en primera persona las lecciones que se estudian en la carrera de Ciencias Económicas y que como buen estudiante siempre dudaba de su aplicabilidad en la vida real. Ya he comentado en este mismo blog teorías como la Ley de hierro de los salarios o la Curva de Laffer y cómo se cumplen un siglo tras otro. Pero esta vez estamos asistiendo de nuevo a la teoría del Ciclo Político Económico. Esta teoría en me la explicaron en primero de carrera y consiste en lo siguiente:

Premisas: 1- Los partidos políticos tienen como fin primordial alcanzar el poder y mantenerse en él. 2- Los ciudadanos tienden a orientar su voto en función de los últimos acontecimientos, vamos, que su memoria para votar es corta.
Desarrollo: Los gobiernos recién elegidos toman las decisiones impopulares los dos primeros años de su mandato. El tercer año se rentabilizan las acciones tomadas para “vender” resultados el año anterior a las elecciones mediante bajadas de impuestos y otras medidas populares para la gente.

Como ven, lo que acaba de hacer el Gobierno es seguir el manual a rajatabla; dos años pagando más impuestos y con recortes que harán que cuando llegue 2014 y reciban un 3-5% más en la nómina lo malo se olvide. Con un poco de suerte para 2014 se recuperará el mercado de trabajo y se podrá vender fácilmente la idea de que se ha sufrido pero era por una buena causa. Más gente con trabajo, los funcionarios con el sueldo descongelado y menos retenciones en la nómina para todos. Alegría y la sensación de que se hizo lo que se tenía que hacer. Venta de la idea de que con  cuatro años de esfuerzo y eficaz gobierno más podemos ser los años del mundo y ¡voilá! Otra mayoría absoluta.

En 2007 el gobierno de ZP regaló los famosos 400€ y al año siguiente los volvió a cobrar con las elecciones ganadas. Cuando llegue 2015 nos habremos olvidado del cabreo monumental que nos agarramos en Enero de 2012 al ver nuestra nómina y volveremos a votar en función de los últimos 12 meses. Los gobiernos lo saben y en este caso Rajoy y sus ministros, todos ellos experimentados subsecretarios han pensado “¡Ahora o nunca!” a la hora de meter el mayor leñazo impositivo de las últimas décadas.

Tengan paciencia porque los dos próximos años van a ser de posguerra y para los dos siguientes las cosas mejorarán. No sé si mucho o poco, pero mejorarán. Yo me aferro a eso.