domingo, 27 de febrero de 2011

Democracia imperfecta

Ayer Sábado no tuve tiempo de escribir el post semanal. Pero me he encontrado esta mañana con que el Sr Jesús Cacho ha escrito lo que yo quería escribir ayer. Incluso ha mencionado a Tocqueville como quería hacer yo. En fin, que delante de profesionales yo me retiro prudentemente. Así que quisiera transmitir una idea, más que una queja, que viene muy a cuento de este artículo que les he mencionado antes.
El otro día caminaba con el joven Kutusovich (que tiene diez años y no para de interesarse por todo) y me hizo la siguiente pregunta.
- Papá. ¿La gente elige al presidente o eligen a los que eligen al presidente?
- Bueno hijo, realmente elegimos a los diputados, y estos al presidente.
- Pues no me parece bien. Deberíamos poder elegir al presidente nosotros. ¿y si los diputados no eligen al presidente que quiere la gente?
Y aquí ya no supe qué decirle más que así es el sistema. Para tener diez años no me negarán que el tío tiene su chispa.
Ya saben eso de que sólo los borrachos y los niños dicen la verdad. Como aquel que vio desnudo al emperador. Pues aquí pasa lo mismo. Hasta un niño de diez años puede ver que vivimos en una democracia imperfecta, de boquilla, casi en una no democracia.
Hace más de veinte años que leí La Democracia en América de Tocqueville, pero sus ideas me gustaron mucho ya entonces. Les hablo de memoria, pero venía a decir en uno de sus capítulosque una de las bases del éxito de los EEUU estaba en la elección directa de sus políticos. Y establecía dos razones principales; la política en la que los elegidos luchaban por realizar correctamente su trabajo para ser reelegidos y la sociológica por la cual los electores directos controlaban la acción del elegido y la elección y reelección del cargo conllevaba el prestigio social. Es decir, existe en ese sistema de elección directa un equilibrio entre el poder del político y el poder del pueblo para controlarlo (mantenerlo o echarlo). Y los ejemplos que ponía eran los alcaldes, los jueces y los sheriffs, es decir, los que ejercen el poder más directo sobre las poblaciones. Por supuesto terminaba en el Presidente, que también está sujeto a ese control.
Ni que decir tiene que la separación de poderes es imprescindible para este equilibrio, y que la falta de dicha separación lleva a la falta de libertad y al final a la tiranía.
Tal y como está la situación en España, un cambio de leyes electorales, Constirución, etc para cambiarlo todo me temo que sólo se podría hacer por vía revolucionaria o violenta, pero ¿y si empezamos la casa por los cimientos? ¿y si se postulara el cambio desde los ayuntamientos? Propongo un sistema de elección directa a una o dos vueltas para las elecciones municipales en las que elijamos el representante o concejal de nuestro barrio o distrito a la vez que se vota en otra urna al alcalde. De esa manera habría candidatos a concejal y candidatos a alcalde. Podría votar por ejemplo, a un alcalde de un partido y a nuestro concejal independiente.
Supongo que muchos dirán que de esa forma es dificil la gobernabilidad, pero no se trata de hacérselo más fácil a los políticos, sino a que se mire el interés de la mayoría. Las propuestas tendrían que ser consensuadas, negociadas, pensadas… y existiría una efectiva división de dos poderes, el ejecutivo del alcalde y el legislativo de los concejales.
Y más tarde llevar el sistema al gobierno de las autonomías y de la nación. Yo ne creo que lo vea, pero tal vez mi hijo sí.


¡Separación de poderes YA! ¡Cambio de la Ley electoral YA! ¡Cambio de la Consitución YA!

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