sábado, 3 de julio de 2010

Nuestra crisis. Capítulo 2. La subida de los precios inmobiliarios

Este post es continuación de Nuestra Crisis, Capítulo 1

Hay una cosa que nos define y nos diferencia como país. Es nuestra afición por poseer casas. Sí, ya sé que hay que vivir en algún sitio, pero no necesariamente nuestro. Los españoles tenemos que ser dueños de nuestra casa. El que no lo es, es visto como un desgraciado desposeído de lo más básico. Esta afición nacional se puede interpretar cde muchas maneras pero sobre todo yo lo interpreto como falta de cultura financiera. Si no sabes qué hacer con tu dinero compras una casa. Si te toca la primitiva compras una casa, si quieres dejar algo para tus herederos debe ser una casa. Nadie piensa en alquilar una casa con los intereses de su dinero, ni en invertir en un negocio, ni en bolsa…Sólo queremos algo tangible y aquí nos hemos decantado por los ladrillos. Y pueden estar seguros de que un país entero queriendo poseer viviendas es una fuente de problemas. Porque otra afición nacional es la de ser un listo, más listo que el vecino o llevado a palabras de Homer Simpson, ser más listo que alguien.

Y aquí se juntó lo listos que son muchos con lo ignorantes que son la mayoría (financieramente hablando). Supongo que alguno sería el primero en pensar que si subo un millón de pesetas este piso y me lo compran, ¿porqué no subir otro millón? Y si me lo siguen comprando ¿porqué no otro? Y así hasta el infinito y más allá. A eso se le llama burbuja. El precio sube porque hay alguien que lo compra pensando que subirá más todavía y podrá hacer un jugoso negocio. Nadie se fija en el valor real de las cosas sino en su precio que sube y sube.

Con el chorro de dinero que entró en el mercado por la vía del blanqueamiento de pesetas y sobre todo por medio de los bancos, se alimentó una espiral inflacionista fácil de explicar. Voy a comprar una casa de valor real 1.000 por un precio de 2.000. Como la financiación no es problema la compro. Así que el vendedor se encuentra con 2.000 y como la financiación y la fiscalidad premian el comprar casas, se compra una de 4.000 (valor real 2.000) y así sucesivamente. En cada operación entra mucho dinero en el sistema y empieza a sobrepasar el mercado inmobiliario. Las empresas (constructoras, de suministros, financieras, etc.) ganan mucho dinero, suben precios, suben salarios, sube el consumo, suben los ingresos fiscales y todo el mundo es feliz. ¡España va bien! Al subir el consumo surgen nuevas empresas del sector servicios y ocio que generan más empleo. Todo el mundo tiene trabajo y gana bien de dinero por lo que hace falta alguien para limpiar y servir copas así que entran cinco millones de inmigrantes para hacer lo que los sobrevalorados españoles ya no quieren hacer.

Pero ¿No falta algo en este mundo idilíco de empleo, riqueza y alegría? Falta darse cuenta del origen de las cosas. Me explico. El dinero fresco ¿de dónde viene? Del interbancario ¿Y eso que es? Por resumir, de otros banco normalmente europeos, es decir del extranjero. Y los bienes que nos mola tanto consumir como electrodomésticos, coches Audi, ropas de marca y otros muchso ¿de dónde vienen? Principalmente del extranjero. Y nosotros ¿Hemos aumentado nuestra producción industrial? Umm, no. ¿Y hemos potenciado nuestro I+D haciendo nuestro productos competitivos y por tanto vendemos como churros al extranjero? Umm bueno, tampoco.

Es decir, el crecimiento ha sido un espejismo en buena parte basado en el efecto riqueza producido por la burbuja inmobiliaria. Además hemos caído en una trampa hipotecaria. Debido a nuestra incultura financiera nos vendieron que una hipoteca es un chollo por la que en 30 años pagando de poquito en poquito tienes lo que deseas, o sea una casa. Y es un chollo porque siempre pagarás más o menos lo mismo, tus ingresos lo normal es que vayan aumentando y por lo tanto cada vez te costará menos pagar. Esto es como las tres grandes mentiras de los hombres (Siempre te querré, vengo de estar con mis amigos y la otra me la callo). Es la demostración de que el gigante tenía los pies de barro.

Pero eso lo veremos en el capítulo final. El día en el que el menú bajó de precio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario